Trovadores, místicos y románticos (1991)
Tengo en el pecho una jaula
He pretendido plasmar en esta grabación la tensión emotiva de las actuaciones en directo, luchando con un medio, el disco, que casi siempre me ha resultado frío. Para lo cual me propuse recuperar mi propia guitarra como acompañamiento y la colaboración de dos excelentes violoncelistas, Mariana Cores y Carlos Cardinaal, que me acompañan desde hace tiempo. Tal era, por otra parte, la formación instrumental y el sonido característico de mis primeros discos. Se trata de asumir y desarrollar una estética que, desde el punto de vista formal, proclama que “cuanto menos, más (y mejor)”.
Mi primera intención fue grabar este repertorio en alguno de los escenarios ideales para este género de música, trasladando el equipo técnico necesario, pero, finalmente, optamos por instalarnos en la sala grande de Kirios para aprovechar mejor in situ las ventajas de un estudio de grabación. Todas las tomas se realizaron en directo y no se realizó ningún recording posterior.
Algunas canciones son inéditas, otras, la mayoría, tienen un sonido distinto de su grabación original al prescindir de los arreglos orquestales. Pero lo más importante de esta nueva grabación es que constata y recoge el fruto del tiempo: pues una canción, como un buen vino, madura y gana con el paso del tiempo, con las sucesivas interpretaciones: sin perder la emoción primera, palabra, melodía y entonación van encontrando mejor acomodo, el acento natural y su debido “tempo”.