Escrito está (2001)

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Delirio del incrédulo


Escrito Está. Cantar como quien reza: un poema de Rabindranath Tagore Permite, Padre, que es una oración; Oporto, Sir?, del Cancionero de Sagres de Antonio Pereira: “El Duero es un río de vino que desemboca en Liverpool y en Londres”…, aromas de vino y de fado para ese río Duero y su eterna estrofa de agua, el sudor de quien vendimia en Oporto bajo el sol…; con la guitarra y el violonchelo enzarzados como dos llamas alumbrando el maleficio de la mariposa de Federico García Lorca: soy la muerte y la belleza; el eco de las jarchas mozárabes en El mío rosal de Mar Santos Lobo; un olor de herramientas y de manos de El rayo que no cesa, de Miguel Hernández; la Canción del muchacho masai , que escribe con el dedo en el aire, de Rafael Pérez Estrada; los versos lúcidos y terribles del Delirio del incrédulo, de María Zambrano; Para mi amada, de Antonio Pacheco; Soñé que tú me llevabas…. de Don Antonio Machado. Poetas clásicos y consagrados junto a otros contemporáneos, algunos muy jóvenes y casi inéditos. Como afluentes que se incorporan a ese caudal lírico de canciones que sigue creciendo.